ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA COMPRENSIÓN Y LA INTERPRETACIÓN DE TEXTOS
Para comenzar debemos tener en cuenta que la comprensión de textos no es esencialmente distinta de otros tipos de comprensión. La comprensión de cualquier tipo depende del conocimiento, ya que comprender significa relacionar lo que no sabemos, o la información nueva, con lo que ya sabemos, lo cual no es un conocimiento de hechos cualquiera o tomados al azar, sino una “teoría del mundo” que se halla en nuestros cerebros (estructura cognitiva). Todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida está almacenado en nuestro cerebro, como la información en el disco duro de la computadora. Grabe (Grabe, William; 1983) la llama “esquemas de conocimiento” (schemata). Otros autores le dan el nombre de “conocimiento de(l) mundo”. La información nueva que vamos adquiriendo con el tiempo, va acumulándose en nuestro “disco duro”, sumándose a la que ya está allí, modificándola o reemplazándola.
Cuando leemos, nuestro conocimiento de la lengua extranjera en su forma escrita nos provee de las herramientas necesarias para identificar las formas y significados básicos del lenguaje del texto. Esto es lo que Eskey (Eskey, David; 1986) llama “nivel de identificación simple”, o sea, determinar rápidamente y con exactitud lo que dice el texto. A este nivel (en un texto escrito en inglés) nosotros esperamos, por ejemplo, que los artículos y los adjetivos precedan a los sustantivos, y que el núcleo de una construcción sustantiva sea la palabra que está colocada al final. Poseer buenas habilidades de decodificación es crucial para la buena lectura, pero no es suficiente. Para que la información así adquirida tenga sentido, es necesario poder relacionarla con nuestro conocimiento del mundo y con lo que ya sabemos del tema del texto en particular. Una vez que hemos logrado esta relación, que hemos incorporado la nueva información, estamos capacitados para crear nuevos esquemas de conocimiento. A esto es a lo que Eskey llama “interpretación”.
La teoría interactiva señala que, a medida que los lectores mejoran, pasan a utilizar cada vez más sus conocimientos de la lengua, las convenciones del discurso y del mundo en general, y que pueden, en consecuencia, obtener una mayor cantidad de significado a partir de una menor cantidad de “input” visual. Así, a medida que el lector comienza a acostumbrarse a las convenciones del idioma escrito, y amplía su conocimiento acerca del tema del texto, la comprensión del mismo está asegurada. Su conocimiento del idioma lo provee de ciertas expectativas acerca de lenguaje del texto. Dadas estas expectativas, él puede durante el acto físico de leer, hacer identificaciones acertadas acerca del lenguaje a partir de un número mínimo de pistas visuales, y, si sus habilidades de lectura están bien desarrolladas, él puede hacerlo rápida y automáticamente. Simultáneamente, su conocimiento del tema lo provee de ciertas expectativas acerca de la estructura conceptual del texto. Dadas éstas, él puede, mientras lee, hacer predicciones acertadas acerca de la interpretación del texto.
En este enfoque, la palabra “interactivo” hace referencia a ambas, la interacción entre los distintos tipos de conocimiento del lector, y la interacción entre el lector y el texto. Según lo señala Eskey, estos dos tipos de interacción se funden en uno solo, ya que durante el proceso de lectura normal el lector hace del texto una parte de lo que él conoce, al negociar un significado con el autor del texto (sirviendo el texto como vocero del autor)
La mayor parte de los investigadores sobre el tema coinciden en que la lectura es un comportamiento cognitivo y que podría considerarse como un proceso de interacciones entre lector, texto y contexto. Es también una experiencia social, ya que implica al autor y al lector en un contexto socio-cultural determinado.
Por último, Eskey señala que cualquier persona puede aprender a leer y / o a leer más efectivamente, ya que los seres humanos estamos pre-programados para escuchar, hablar, leer y escribir; y, si se nos provee de oportunidades reales y un mínimo de guía, en un contexto estimulante y no amenazador, podemos aprender a realizar estas actividades con relativa facilidad.
La mayor parte de los investigadores sobre el tema coinciden en que la lectura es un comportamiento cognitivo y que podría considerarse como un proceso de interacciones entre lector, texto y contexto. Es también una experiencia social, ya que implica al autor y al lector en un contexto socio-cultural determinado.
Por último, Eskey señala que cualquier persona puede aprender a leer y / o a leer más efectivamente, ya que los seres humanos estamos pre-programados para escuchar, hablar, leer y escribir; y, si se nos provee de oportunidades reales y un mínimo de guía, en un contexto estimulante y no amenazador, podemos aprender a realizar estas actividades con relativa facilidad.
¡Adelante! Todos podemos lograrlo.