Todo tipo de comprensión depende del conocimiento. Podemos decir que sin conocimiento, no hay comprensión. Para comprender un texto necesitamos distintos tipos de conocimiento. Por un lado, son necesarios el conocimiento general —podríamos llamarlo la "cultura general"— y el conocimiento del tema particular sobre el que trata el texto. Por otro lado, es necesario tener un conocimiento básico de las convenciones generales del lenguaje escrito y del idioma del texto en particular. Todos esos conocimientos se ponen en juego para lograr la comprensión. Y el grado de ésta va a variar según la calidad y la cantidad de conocimientos que pongamos en juego.
Ahora analizaremos estos conceptos..
Cuando hablamos de conocimiento de mundo hacemos referencia a todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas. Se conjugan aquí conocimientos tan primarios como usar un pañuelo para limpiarnos la nariz pasando por cómo andar en bicicleta hasta aprendizajes complejos como resolver una ecuación matemática. Todo lo que sabemos, todo lo que hemos, por así decirlo, metido en nuestra cabeza a través de nuestros sentidos, todo lo que hemos experimentado, forma parte de este conocimiento. Cabe pensar que, a mayor conocimiento (de todo tipo), mayor comprensión. Y así es. Cuando leemos un texto entran en juego, de manera inconsciente, todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Todo. Y lo hacemos de manera automática. Por lo general, cuando los estudiantes leen en inglés, se olvidan de todo. Son una verdadera "tabula rasa". No saben qué es un durazno, nunca vieron una flor ni un río, ni leyeron sobre los dinosaurios. Por lo general, cuando los estudiantes leen en inglés, se olvidan de todo. Son una verdadera "tabula rasa". No saben qué es un durazno, nunca vieron una flor ni un río, ni leyeron sobre los dinosaurios. Ahora, ¿cómo hacemos para que nuestros estudiantes hagan esto automáticamente cuando leen un texto en la lengua extranjera? La respuesta es, simplemente, "activar los conocimientos previos" antes de comenzar la lectura. Por engorroso que sea, hay que insistir con el uso de esta estrategia hasta que ellos puedan hacerlo, si no de manera inconsciente, al menos automatizando de manera consciente esta estrategia.La respuesta es, simplemente, "activar los conocimientos previos" antes de comenzar la lectura. Por engorroso que sea, hay que insistir con el uso de esta estrategia hasta que ellos puedan hacerlo, si no de manera inconsciente, al menos automatizando de manera consciente esta estrategia.
La buena noticia es que nuestro conocimiento de mundo no es estático, sino que cambia constantemente. Seguimos aprendiendo y vamos alimentando y agrandando este conocimiento. Cada vez que aprendemos algo nuevo, cada vez que mejoramos nuestro conocimiento de un tema específico, estamos modificando esta información.
Esto responde a la pregunta de por qué algunos estudiantes son mejores que otros, comprenden mejor lo que leen y sus respuestas a las actividades son más claras y precisas: porque su bagaje de conocimientos es mayor que la de sus compañeros.
Los estudiantes que tiene un buen manejo de su propio idioma, que leen fuera de la clase, están más acostumbrados a las convenciones del idioma en su forma escrita. Tantas horas de lectura los han acostumbrado a reconocer los símbolos e indicios del lenguaje escrito. Y aplican este conocimiento a la lectura en el idioma extranjero. Nuevamente, nos encontramos con que lo hacen de manera automática.
A mayor conocimiento del idioma en que se se está leyendo, mayor comprensión. Eso es claro. A menos que se desconozca completamente el tema sobre el que versa el texto, claro está.
¿Cuando logramos interpretar un texto? Cuando podemos modificar la información que poseemos a partir de su interacción con la información nueva. Es ahí cuando creamos nuevos esquemas de conocimiento o modificamos los que poseemos. Esto es lo que nos capacita para crear algo nuevo a partir de la conjugación de todo los conocimientos (nuevos y viejos, del idioma y de un tema, generales o específicos).